En este artículo encontrará respuesta a todas las preguntas que se plantean en relación con la certificación energética de edificios.
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Es el proceso de calificación energética de un inmueble cuyo resultado es un documento que informe sobre la eficiencia energética y potencial de emisiones y de gasto energético anual. Este documento, o etiqueta energética, clasifica nuestra casa, local o edificio en relación de la energía que consume. Esto permite compararlo con una escala de calidades que van desde la A (la más eficiente) a la G (la que menos).
Desde el 1 de Junio de 2013, si eres el promotor (obra nueva) o dueño de una vivienda u otro inmueble y deseas alquilarlo o venderlo, debes disponer de un certificado y mostrarlo a las personas interesadas (notario, API, comprador, etc). Este documento es obligatorio para todos los inmuebles, independientemente de su superficie o antigüedad.
El certificado tiene una validez de 10 años, desde la fecha de emisión. Es aconsejable actualizarlo si se ejecuta una reforma integral o rehabilitación energética del inmueble. A tener en cuenta que, en ocasiones, la mejora de la calificación puede llevar aparejada ayudas a la mejora.
El coste del certificado energético no está regulado, cada profesional establece su presupuesto en función de sus honorarios. A este valor hay que añadirle las tasas administrativas que algunas Comunidades Autonómicas (la Com. de Madrid está exenta) repercuten a la hora de realizar el registro, dependiendo del tipo de inmueble y de su superficie.
No obstante, a título de referencia, el precio medio del mercado en Madrid, se sitúa alrededor de un euro por metro cuadrado útil para pisos y pequeños locales comerciales.
Recomendamos que a la hora de contratar este servicio solicite un presupuesto con el desglose de los conceptos y una descripción de los pasos y compromisos de entrega. Desconfíe de los presupuestos más baratos, pues el resultado del trabajo puede llegar a ser incompleto, por el riesgo inherente al abaratar el servicio. Además, con las prisas el resultado de la evaluación puede no corresponderse con la realidad por ser impreciso.
Toda persona física o jurídica que tenga conocimientos técnicos y competencia profesional para el desarrollo del trabajo, arquitectos e ingenieros, principalmente.
Son muchas las ventajas que se derivan de la estandarización del procedimiento de evaluación energética de un edificio, con intereses para los diferentes interesados (propietarios, constructores, agencias inmobiliarias, usuarios y administración pública).
El valor más importante es que informan al usuario de una evaluación objetiva del coste / ahorro económico que se deriva del uso y mantenimiento del inmueble en función de su calificación energética.
Otras ventajas relevantes son:
Se adjunta una tabla comparativa del ahorro esperado en función de la letra resultante de la calificación energética:
Letra | Ahorro Potencial (%) vs. calificación D | Límite de consumo para Madrid (kWh/m2) |
---|---|---|
A | 75% | 44,6 |
B | 60% | 73,3 |
C | 35% | 112,1 |
D | 0% | 172,3 |
E | 40% mayor gasto | 303,7 |
F, G | Fuera de la ley | 382,6 |
Se diferencian tres tipos de certificados energéticos: los de proyecto para obra nueva o reforma; los de edificios terminados, y los de edificios existentes.
Toda obra nueva debe disponer de una certificación energética en la fase de proyecto básico. Es necesario responder al cumplimiento y verificación del CTE en sus apartados de limitación del consumo energético (HE0) y de la demanda energética (HE1). Este paso se realiza mediante técnicas de simulación energética contempladas en herramientas software oficiales.
Posteriormente, al cabo de unos meses y una vez que la obra esté finalizada, se procederá nuevamente a realizar la calificación energética del edificio terminado, de forma similar al del edificio existente.
Este tipo de certificación es por lo general más exhaustiva y lleva aparejada más tiempo o esfuerzo de análisis por parte del técnico evaluador.
Todo inmueble existente debe ser evaluado energéticamente con base a procedimientos de evaluación establecidos a tal efecto. Éste es el procedimiento más común y habitual cuando decidimos vender o alquilar nuestra vivienda.
Este tipo de certificación suele resolverse en un proceso sencillo cuya tramitación dura pocas horas o, como máximo, un par de días.
El técnico certificador realiza la evaluación del inmueble recabando toda la información que pueda relativa a la caracterización de la envolvente térmica del mismo.
Existen una serie de datos obligatorios a la hora de emitir un informe con la evaluación energética, entre los cuales están los siguientes:
Elementos constructivos:
Climatalogía:
La zona climática del inmueble condiciona el resultado de la evaluación energética por la demanda energética característica.
Instalaciones o sistemas energéticos para la climatización:
El estado, configuración y rendimiento de los equipos de climatización condicionan el resultado de la calificación del inmueble por ser los sistemas que responden a la cargas térmicas que demande el inmueble.
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