Desde la última crisis del petróleo en la década de los 70, se generalizó el cambio de hora de nuestros relojes, dos veces al año, para adecuar nuestro horario a la ventana de luz solar.
Es incuestionable el trastorno social que esta medida conlleva en nuestro ritmo vital pero, por otro lado, está justificada por la expectativa de ahorro energético que se deriva. Valoramos si realmente compensa este cambio a la sociedad y a su ritmo de vida.
Seguir leyendo ¿Por qué se ahorra energía con el cambio horario?