Se acompañan algunas recomendaciones y medidas para la operación y el uso de las instalaciones de climatización con carácter preventivo, o para edificios afectados por COVID-19.
Se resumen las recomendaciones recogidas por la REHVA y OMS dirigidas a profesionales de HVAC, gerentes de instalaciones, y especialistas en seguridad y salud.
Índice de contenidos
Análisis de las rutas de transmisión del COVID-19 en el interior de un edificio
A continuación, se enumeran cuáles son rutas de transmisión del COVID-19 identificadas:
- Transmisión por contacto o proximidad (< a 2 metros) de gotas de saliva o partículas de más de 10 micras
- Transmisión aérea por permanencia (varias horas en una estancia) y propagación por suspensión del virus (partículas menores a 5 micras) de largo recorrido. Estas pequeñas partículas de virus permanecen en el aire y pueden viajar largas distancias transportadas por los flujos de aire en las estancias o en los conductos de aire de extracción de los sistemas de ventilación.
- Transmisión fecal-oral a través de desagües secos en viviendas y otros dispositivos sanitarios sin el empleo del agua, o con la evacuación por agua pero con la tapa levantada.
COVID-19: recomendaciones para garantizar la Calidad de Aire Interior
Es importante dejar claro que el sistema de ventilación de un edificio NO es una fuente de contaminación, siempre que se sigan las instrucciones sobre recuperación de calor y recirculación que se acompañan:
- Aumentar el caudal de aire exterior de impulsión (ventilación) y también el de extracción, especialmente en las cabinas con inodoros que deberán operar de forma ininterrumpida.
- Mantener encendido el sistema de ventilación mecánica el mayor tiempo del funcionamiento posible.
- Aumentar la frecuencia de aireación por apertura de ventanas, exceptuando las ventanas de los baños que deberán permanecer siempre cerradas si cuentan con extracción mecánica.
- Evitar, siempre que sea posible, la recirculación de aire centralizado realizando el cierre de las compuertas de recirculación en las Unidades de Tratamiento de Aire (UTA).
- Revisar al estanqueidad en las inspecciones periódicas de las UTA pues es fundamental garantizar su hermeticidad.
- También se debe evitar la recirculación local de aire en sistemas descentralizados como fancoils.
- Mantener bajada la tapa de los inodoros y evitar la descarga de inodoros con la tapa levantada.
- Apagar (temporalmente) los recuperadores de calor para evitar el retorno de virus al interior del edificio.
- Realizar desinfecciones de estancias contaminadas con filtros electroestáticos de aire (p.e. generadores de ozono) seguidas de una ventilación exterior intensa.
Por otro lado se desmienten algunos bulos acerca de la operación del sistema de climatización:
- La humidificación y el aire acondicionado no tienen ningún efecto práctico. Este virus es bastante resistente a los cambios ambientales. Tan sólo le afecta una humedad relativa por encima del 80% y con una temperatura por encima de 30 ˚C. Desafortunadamente, estas condiciones no son posibles pues incumplen las condiciones de bienestar fijadas por el RITE.
- Se podrá mantener el uso de los recuperadores de calor, siempre que éstos sean herméticos y sin fugas entre corrientes de aire.
- La limpieza del interior de conductos (robots teledirigidos) no tiene ningún efecto práctico. Es improbable que las partículas se depositen en las superficies interiores de los conductos.
- No es necesario cambiar los filtros de aire exterior puesto que el tamaño de las partículas de coronavirus de 80-160 nm es menor que el área de captura de los filtros ubicados antes de la entrada del aire exterior.
Desinfección de ambientes infectados por COVID-19
Generadores de ozono
El virus COVID-19 tiene una vida media de 2 a 3 días en una superficie y de 2 a 3 horas en el aire. Por ello, la mejor forma de desinfección de superficies es mediante peróxido de hidrógeno (lejías).
Sin embargo, para eliminar las partículas en suspensión, la ionización del aire mediante generadores de ozono es el método más eficaz. El ozono, generado mediante descarga eléctrica del aire, elimina eficazmente los virus, olores y bacterias. Es la técnica empleada en quirófanos para su desinfección.
Hay que tener en cuenta que el ozono puede provocar molestias para gente asmática, por lo que es indispensable aplicarlo en estancias desocupadas, durante un tiempo limitado, calculado según superficie (p.e. 10 minutos para espacios de 15 m²).
Posteriormente, se deberá ventilar copiosamente la estancia, al menos unos 20 minutos para eliminar el ozono y renovar el aire viciado.
En algunos casos, se emplean generadores de ozono industriales que lo inyectan a la red de conductos de aire acondicionado. No obstante, lo más habitual es disponer de generadores portátiles como el que se muestra en el siguiente vídeo:
Radiación Ultravioleta
El uso de lámparas con radiación ultravioleta también permiten eliminar los virus del COVID-19, sin embargo, esta técnica es menos eficaz para centros de salud y hospitales.
Filtración electroestática, iónica y filtros HEPA
Existen en el mercado una variedad de tecnologías basadas en la generación de iones, radicales libres con cargas magnéticas positivas y negativas y reacciones redox que contribuyen a neutralizar patógenos y otros compuestos orgánicos volátiles.
En determinados casos, la filtración electroestática o HEPA-Type, ya la incluyen algunos fabricantes con homologación H-13 sobre todo con equipos autónomos.
Este proceso de filtración de aire HEPA se considera el estándar para la purificación de aire. Es altamente eficiente, atrapa las partículas y no las libera al aire, es seguro para todos los problemas respiratorios.
Para más información acerca del uso y tipologías de filtros de aire puede visitar este artículo del blog.